¿Qué pasaría si la Tierra girara al revés?

Aloha!!

Muy buenas a tod@s. En la entrada de hoy hablaremos sobre los cambios que sufriría la Tierra si empezara a girar en sentido contrario. Como tod@s ya sabemos, la Tierra realiza dos movimientos: traslación y rotación.

  • Traslación: es el movimiento por el cual la Tierra gira alrededor del Sol, estrella central de nuestro Sistema Solar (Fig. 1, izquierda). Lo realiza en forma de elipse y como consecuencia se forman las estaciones.
  • Rotación: movimiento por el que la Tierra gira sobre sí misma (Fig. 1, derecha). Si un espectador se situara en el Polo Norte y observara la Tierra desde arriba, vería que el movimiento que realiza es contrario a las agujas del reloj, es decir, de derecha a izquierda. La velocidad a la que rota la Tierra depende de la latitud. Así, en el Ecuador alcanza, aproximadamente, una velocidad de 1.700 km/h y va disminuyendo a medida que aumenta la latitud.
 
Figura 1: Movimientos básicos que caracterizan la Tierra: traslación (izquierda) y rotación (derecha).


A principios de abril de este mismo año se celebró la Asamblea General Anual de la Unión Europea de Geociencias, en Austria, donde se comentaron los cambios que experimentaría la Tierra si girara en sentido antihorario. Estos eran una parte de los resultados de un estudio cuyo objetivo era analizar los cambios climáticos de la Tierra si se invirtiera la dirección del movimiento rotación. Estos cambios se simularon en el Modelo del Sistema Tierra del Instituto Max Planck, en Alemania.

"Invertir la rotación de la Tierra preserva todas las características principales de la topografía, como los tamaños, las formas y las posiciones de los continentes y los océanos, a la vez que crea un conjunto completamente diferente de condiciones para las interacciones entre la circulación y la topografía", aclara Ziemen, co-creador de la simulación.    

¿Cómo sería la nueva Tierra si comenzara a girar a la inversa?
  • Disminuiría la cobertura de los desiertos. Pasaríamos de 42 a 31 millones de kilómetros cuadrados de desierto. Esas zonas se verían sustituidas por pastos y plantas leñosas (Fig. 2b). Un hecho que sorprendió fue encontrarse con el desierto del Sáhara completamente "verde". Además la vegetación almacenaría más carbono que en la actualidad.
  • Sin embargo, surgirían nuevos desiertos en zonas como el norte de China, el sur de Argentina y Brasil y el sudeste de Estados Unidos (Fig. 3a).
Figura 2: Mapas de la cobertura arbórea en el control (a) y en la simulación (b). 


Figura 3: Mapas de los diferentes tipos de clima en la simulación (a) y en el control (b). En diferentes colores se muestran los climas según la clasificación de Köppen. 

  • También se verían afectadas las corrientes oceánicas y vientos, lo que afectaría a la temperatura del planeta. Las zonas occidentales de los continentes se enfriarían mientras que las zonas orientales serían más cálidas y los inviernos se volverían más fríos en la zona noreste de Europa (Fig. 4a). Lo mismo ocurriría con los mares y océanos de ambas zonas. 
Figura 4: Temperatura media anual de la Tierra en la simulación (a) y en el control (b). Las líneas negras indican la extensión del hielo. 

  • La alteración de las corrientes marinas también provocaría un cambio en la microbiología de las aguas del planeta. Concretamente, las cianobacterias, bacterias que son capaces de realizar la fotosíntesis oxigénica, dominarían el norte del Océano Índico, algo insólito con la actual rotación de la Tierra. ¿A qué se debería esto? Pues a que 1) habría aumentado la concentración de fostatos, los cuales necesitan para realizar la fotosíntesis y 2) la disminución de nitratos impidió el desarrollo del fitoplancton, que son los organismos dominantes en el medio marino. Además, las cianobacterias son independientes de la concentración de nitratos ya que son capaces de fijar nitrógeno atmosférico.

Sin duda, la Tierra sería un planeta más "verde", lo cual podría verse como un plus. Pero todo depende del punto de vista, ya que para vivir en Europa Occidental lo mejor sería quedarnos como estamos, dijo uno de los co-autores.

Aquí os dejo unos links para ampliar la información:

  • V. Kamphuis, S. E. Huisman, and H. A. Dijkstra: The global ocean circulation on a retrograde rotating earth, Climate of the Past, 2011, doi: 10.5194/cp-7-487-2011.
  • https://mpimet.mpg.de/en/communication/news/focus-on-overview/retrograde/


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