EL PARÁSITO DICROCOELIUM DENDRITICUM


¡¡Muy buenos días a todos!! Hoy os escribimos sobre un parásito muy peculiar, capaz de cambiar el comportamiento de sus víctimas... (para quien no quiera o no tenga tiempo de leerlo todo, os recomiendo especialmente la última parte).

¿Qué es?




Es un parásito Helminto de la clase de los Trematodos que se encuentra en los canalículos biliares de los herbívoros (especialmente ganado ovino, pero pudiendo afectar también al bovino, porcino o caprino), con el consiguiente trastorno y patología del hígado y las vías biliares (el humano se infecta accidentalmente). Aquí os dejo una foto de la preparación de esta especie:


¿Qué enfermedad provoca?

Es el agente etiológico de la dicroceliasis, una enfermedad caracterizada por el daño que sufre el hígado, como podréis imaginaros. Entre estas afecciones nos encontramos con hepatitis, dificultad para hacer la digestión y fibrosis de las vías biliares que parasita, principalmente. Todo esto trae consigo la pérdida de peso, edemas y anemias provocadas por la pérdida de sangre. Sin embargo, en raras ocasiones se ha observado la muerte (en humanos).
Además, es una enfermedad de curso crónico, es decir, que se desarrolla con lentitud, y cuya respuesta inmune producida ante un primer contacto con el parásito, no protege de una nueva re-infección.
El principal problema que atañe a esta enfermedad, es que, como hemos dicho, pese a que no suele afectar al ser humano, sí afecta al ganado; y de ahí surgen las pérdidas económicas por la bajada de productividad para los ganaderos.


¿Dónde se localiza?



Se encuentra en Europa, Asia y en partes de Australia y Norteamérica, por lo que podemos decir que su distribución es cosmopolita.

Ciclo vital

De forma general, el ciclo de los Trematodos es el siguiente:


El ciclo de Dicrocoelium dendriticum se trata de un ciclo que usa un hospedador definitivo, que puede ser ganado ovino, cerdos o humanos, y dos hospedadores intermediarios. El primero de ellos es un caracol terrestre de los géneros Cionella, Zebrina, Helicilla, y un segundo hospedador intermediario, una hormiga, del género Formica.



Ciclo de D.dendriticum





















Los huevos embrionados y operculados (que tienen como una tapa que se abre y cierra) salen con las heces de un hospedador definitivo infectado (el humano o el ganado) y son ingeridos por el caracol, donde liberan los miracidios (una fase del parásito que no es de vida libre). Finalmente salen las cercarias del caracol quedándose en la baba que estos producen al ir andando, siendo ingeridas por una hormiga, donde se enquistan transformándose en metacercarias en ganglios cerebrales. Las hormigas infectadas son ingeridas por un hospedador definitivo, liberándose la metacercaria, que se transforma en adulto en los conductos biliares de este. Posteriormente, los humanos (o lo más común, el ganado) se infectan al ingerir hormigas contaminadas con metacercarias. Y estáreis pensando ¿quién come hormigas en su sano juicio? Pues no es tan raro como parece...

Huevo de D.dendriticum


¿Hormigas como parte de la dieta?

Aunque parezca raro, cada vez son más numerosos los países que se suman a la llamada entomofagia, no sólo de hormigas, sino de una gran cantidad de insectos. Esto puede ser visto como una locura por algunos, pero lo cierto es que muchos son los que piensan que una dieta que incluya a los insectos como alimento podría desterrar la hambruna de buena parte del planeta. Y no sólo esto, sino que dada su distribución mundial y que son los animales más abundantes que existen, se podría realizar de manera muy, muy económica.
Para más inri, constituyen una fuente de alimento muy nutritiva y saludable, entre las que se destacan una gran variedad de proteínas, grasa, fibra, minerales y vitaminas.
Según un informe elaborado por la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) se podrían alimentar a 2000 millones de personas en el mundo. Y curiosamente, son las zonas más desfavorecidas las que ya han incluido este alimento como parte de su dieta, encontrándolos en muchos países de África, Sudamérica o Asia, tal y como veis en el mapa que os adjunto abajo.























No obstante, y como podéis apreciar en el mapa, también se están empezando a comer en Europa, en países como España, Francia o Italia. De hecho, y como dato curioso, el restaurante danés Noma, conocido por ganar dos estrellas Michelín, incluye en su carta platos con insectos, como un postre con pasta de hormigas o saltamontes fermentados... todo un manjar según parece.



Volviendo al tema principal, no es tan difícil por tanto que en estos países en los que se comen hormigas que estén poco hechas, (como decía mi profesor y con perdón... comer alimentos crudos es una guarrería) y en otros países en los que niños o adultos puedan ingerirlas por accidente, nos encontremos casos de seres humanos infectados.


Hormigas zombies

Y aquí viene el plato fuerte (espero que lo hayáis pillado). Yo las veo más como hormigas sonámbulas... ahora veréis el porqué.
Si os acordáis, hemos dicho que las hormigas infectadas han de ser ingeridas por el ganado o el humano para que el ciclo vital del parásito prosiga. Pues bien, el parásito tiene una manera de asegurarse de esto...

Parte del ciclo de este parásito. Recordad, que la baba del caracol es la que es ingerida por la hormiga.


El sol se está escondiendo para dar paso a nuestro satélite, cuando de repente entre la neblina aparece la figura de una hormiga saliendo de su guarida. Hoy hay luna llena y parece que anda un poco aturdida, como sin saber lo que hace ni a dónde se dirige. Va caminando sobre sus seis patas por el terreno pedregoso, no sin esfuerzo. Tras andar durante varios minutos, llega a una pradera, que realmente tiene una hierba muy verde y brillante, a cualquiera le darían ganas de tumbarse sobre ella en una noche como esta. De pronto, el artrópodo se para y comienza a subir por una de las millones de briznas de la pradera, lenta y concienzudamente, como si algo le estuviera dirigiendo, como si de una marioneta se tratara. Y allí, justo en el ápice de la hierba, se recuesta, esperando a que le cubra el rocío y el sol tibio del amanecer.




Vale, ya sé que no soy escritora y espero que no haya sido muy soporífero, pero no he podido resistirme.
Como habréis podido intuir, es el parásito alojado en su fase de metacercaria en el cerebro de la hormiga, tras ascender desde el intestino y después desde los ganglios linfáticos, el que realiza una especie de control mental sobre la hormiga, "obligándola" o induciéndola a que salga de su hormiguero y se quede posada sobre la punta de la brizna de hierba. Pero... ¿con qué fin? Pues muy sencillo... para cuando la hormiga amanezca, pueden pasar dos cosas... que despierte de un sueño muy raro en un sitio distinto de donde se había quedado, o bien que no se vuelva a despertar nunca más porque ha llegado la vaca del pastor Juli y se la ha zampado de un lengüetazo. Así proseguiría el ciclo y Dicrocoelium dendriticum tan contento.      
Yendo más allá, cualquiera, incluso yo, podríamos pensar que menudo "bicho" (no literalmente) tan listo. Pero esto queda muy lejos de la realidad. Lo cierto es que se cree que el parásito (ahora sí, literalmente) no realiza el control mental de forma intencionada, sino que han sido el ambiente y sus circunstancias los que han seleccionado esta manera de actuar para que el parásito sobreviva. Me explico, mucho tiempo atrás, remontándonos a los orígenes del parásito, D.dendriticum moría una y otra vez al no lograrse hospedar en el cerebro de la hormiga. Pero un día, por pura casualidad, llegó a su cerebro e indució en él un control mental, que nadie, ni él mismo podría haber sospechado, y que a estas alturas tampoco lo sospecha. Pero no debemos subestimar a la naturaleza, ya que al ver que mediante ese modo podía sobrevivir, el ambiente hizo su parte y la selección natural seleccionó esa característica. Esto nos ha llevado al día de hoy, en el que estos parásitos ya cuentan con esta ventaja evolutiva, que a mí particularmente, me parece fascinante.

Os dejo un vídeo (en el idioma de Shakespeare), que explica este fenómeno:

https://www.youtube.com/watch?v=lGSUU3E9ZoM   - Parasitic Mind Control, National Geographic.



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