EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON

¡Buenas! ¿Conocéis la película “El curioso caso de Benjamin Button”? Dirigida por David Fincher y protagonizada por Brad Pitt. Trata la historia de Benjamin Button, un niño que nace siendo mayor y va rejuveneciendo a medida que pasan los años. Os estaréis preguntando por qué os hablo de esta película, pues bien, no os habéis equivocado de blog, no os voy a hacer una reseña sobre ello (aunque es una película muy recomendable y estas fechas son perfectas para aprovechar y verla, si aún no lo habéis hecho). Os hablo de ello porque, aunque toda la historia es ficticia, sí que hay enfermedades cuya manifestación principal es el envejecimiento prematuro.


Al fenómeno de envejecer prematuramente se denominó progeria (viene del griego pro, “hacia, a favor de” y geron o geras, “viejo”). Existen varios síndromes progeroides, entre ellos; el síndrome de Werner o progeria adulta y el síndrome de Cockayne, pero el más común es el síndrome de Hutchinson-Gilford (HGPS) o progeria infantil, llamado así en honor de Jonathan Hutchinson y Hastings Gilford, dos científicos ingleses que describieron por primera vez la enfermedad.

¿Qué es HGPS?

Es una enfermedad genética rara (con incidencia de 1 niño por cada 4 millones de nacimientos) caracterizada por un envejecimiento prematuro en niños y niñas. Tienen un desarrollo fetal normal y nacen sanos, pero a los 18 y 24 meses de edad aproximadamente, comienzan a manifestar muchos rasgos característicos de la vejez prematura. El proceso de envejecimiento se produce de 5 a 10 veces más rápido que lo habitual y por ello aparentan mayor edad de la que tienen. 


¿Cuál es la causa?

Esta enfermedad sigue un modelo de herencia autosómica dominante (sólo hace falta la presencia de una copia del gen anómalo para que se manifieste la enfermedad). Sin embargo, presenta una peculiaridad y es que la enfermedad se puede desarrollar sin haberse heredado de sus progenitores, por mutaciones de novo.

El HGPS se produce por alteraciones del gen que codifica para proteínas que forman parte de la lámina nuclear, que es una estructura formada por filamentos intermedios formados por láminas A, B1, B2 y C. Se encuentra formando parte de la estructura del núcleo de la célula. 

Esquema de una célula eucariota animal donde se destaca el núcleo celular.
Las funciones de la lámina nuclear son:
  • Mantener la estructura de la envoltura nuclear y la posición de los poros nucleares.
  • Servir de anclaje para la cromatina (forma en la que se empaqueta el ADN (información genética de la célula)) y de soporte para diversas reacciones asociadas a ella.
  • Conformar una plataforma estructural que conecta el núcleo al citoesqueleto de la célula (entramado tridimensional de proteínas que provee de soporte interno en la célula).
  • Influir en la actividad de proteínas que regulan la replicación del ADN, transcripción y regulación del ciclo celular (importante para las actividades de la célula). 
Las deficiencias de estas láminas producen un grupo de enfermedades muy heterogéneas denominadas laminopatías.

El gen que se encuentra alterado en el HGPS se denomina LMNA, que codifica para las láminas A y C. La mutación de este gen provoca la síntesis de una lámina A anómala, denominada progerina. Esta forma anormal altera la envoltura nuclear y, en consecuencia, las células se dividen mal o no lo hacen. La restauración y renovación de los tejidos no se puede realizar y se produce un envejecimiento muy rápido. 

En los niños con HGPS se observan núcleos deformados, como se ve en la imagen. 


Molecularmente presentan alteraciones en la organización de la cromatina, que predispone a rupturas de la doble cadena en el ADN y a una señalización inadecuada para su reparación. Esto ocasiona que no se replique el ADN y se induzca la muerte celular. 

Síntomas y complicaciones

Se producen alteraciones en la integridad del tejido conectivo, componente esencial de varios órganos y tejidos como: hueso, músculo, piel, tejido subcutáneo y vasos sanguíneos.

Los síntomas característicos se muestran en la imagen.


Como bien se observa en el esquema, son síntomas relacionados con el envejecimiento y que se producen tarde o temprano en todas las personas al llegar a una determinada edad.

Sin embargo, estos niños no sufren de Alzheimer, cataratas ni de los cánceres típicos del envejecimiento. Otros órganos como hígado, riñones, pulmón, sistema digestivo, médula ósea y cerebro no se ven afectados por la enfermedad. Tampoco presentan alteraciones neurológicas y presentan un desarrollo cognitivo y emocional normal, como cualquier otro niño.

La mayoría de los niños con HGPS mueren de complicaciones relacionadas con la ateroesclerosis:
  • Problemas cardiovasculares, es decir, problemas con los vasos sanguíneos que irrigan el corazón. Da lugar a un ataque al corazón o infarto y a una insuficiencia cardiaca congestiva.
  • Problemas cerebrovasculares, es decir, problemas con los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro. Puede dar lugar a accidentes cerebrovasculares o ictus (no llega suficiente sangre al cerebro). 

La media de edad de fallecimiento es alrededor de los 13 años, con un rango que se extiende desde los 8 hasta los 21 años.

Tratamiento 

Actualmente no existe cura para esta enfermedad. Se llevan a cabo investigaciones con cultivos celulares y animales para encontrar una cura. Los fármacos principales de los que se hacen pruebas clínicas son los inhibidores de la farnesil (FTI). La farnesilación es un proceso enzimático necesario para que la lámina A se incorpore a la envoltura nuclear y realice sus funciones. Se ha visto que este proceso también se da en la progerina. Al inhibir este proceso, la progerina no se incorporará a la envoltura y disminuirán los síntomas. 

Progeria y envejecimiento

Como hemos visto, la progeria y el envejecimiento van unidos. Es por ello, que a la vez que se investiga sobre la progeria, también se proporcionen claves para tratar los mismos síntomas del envejecimiento fisiológico.

Recientemente, se publicó una investigación sobre un equipo liderado por el investigador español Juan Carlos Izpisúa, en el cual se consiguió prologar la vida un 30% de unos ratones con progeria. Al realizar el mismo experimento en ratones sanos, éstos mejoraron los  problemas cardiovasculares propios del envejecimiento y el proceso de cicatrización de algunas heridas. 

http://elpais.com/elpais/2016/12/15/ciencia/1481817633_464624.html

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Comentarios

  1. Artículo muy interesante, entretenido y útil para la difusión científica. Buen trabajo, seguid así y seguro que llegaréis lejos.

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